lunes, 27 de octubre de 2008

Hablar

Inauguro hoy etiqueta. Increíble, ¿no? Voy por la tercera llevando varios meses escupiendo cosas por aquí y encima las anteriores sólo las usé una vez. La vamos a titular "errores".
Este primer error mío es mi estúpida creencia de que se puede hablar de todo y que el diálogo es la base de las relaciones del tipo que sean. Hace días que vengo pensando que estoy equivocada en mi creencia. Nadie me pide que hable así que lo más inteligente es callarse. En caso de abrir la bocaza pueden pasar dos cosas:

a) Que alguien se mosquee, se moleste o se sienta dolido por lo dicho. Esta no es la consecuencia más grave, aunque sí que tiene consecuencias. Aquí te conviertes en un maleducado por decir algo que no quería ser escuchado.

b) Que no importe lo que digas. Uhhhh, esto jode en serio. Muchas veces uno piensa y piensa cómo decir algo, cómo reconducir una relación en la que falta la comunicación. Los que somos inútiles como estrategas lo que hacemos es ponernos serios y soltar despacito y sin gritar lo que pensamos o preguntar directamente aquella duda que nos está reconcomiendo. Con esto no eres maleducado, es aún peor, eres un pesado. ¿Y qué le hacemos? Pues como para el que no quiere nada todo le sobra y a nadie nos apetece sentir la indiferencia del otro cuando te das cuenta de que sólo tu, pedazo de bocazas, quieres arreglar algo, lo mejor es callarse en este caso también.

Para quien crea que es contradictorio decir que es un error hablar más de la cuenta y decirlo sin que nadie pregunte, diré que llevan razón y que soy bastante poco lógica. Tenía que soltarlo, es que hoy me he callado varias cosas y cuando ya tenía el día resuelto y casi una úlcera sangrante he abierto la boca y como diría una filósofa del pueblo "la he liado parda". A partir de hoy la rubia será más inteligente y más prudente o por lo menos lo intentará.

jueves, 23 de octubre de 2008

Buenos días

Era la tercera mañana después de la brillante frase del hombre mediocre. Elvira durmió bien por tercera vez en mucho tiempo. A pesar de los veinte kilos de sobrepeso que lleva arrastrando desde el embarazo del mayor, se sintió ligera. Que Manolo no estaba lo sabía desde hacía siglos. El cabrón no estaba y encima pesaba. Los dos primeros despertares tras su partida (huida) fueron bruscos, mantenía una incertidumbre dentro de ella. Ese tercer despertar fue sereno y llegó la certeza. No, lo que la mantenía unida a él no era el amor ni ningún sucédaneo como el cariño, era lástima. Esa mujer gorda y libre por fin dejó de negárselo y lo dijo: "Qué pena, Manolo, qué pena me das". Se desnudó frente al espejo recreándose y se enamoró por primera vez. Hasta ese momento se había mirado y, extrañamente, no se había visto. Elvirita, como la llamaba su protector marido, se dio cuenta de que siempre fue mejor que él, decidió dejarlo estar y empezó a ser feliz.

martes, 21 de octubre de 2008

Reptiles

Hablo como humilde viborilla de campo cuando digo que dudo seriamente de la existencia de la "lagarta vulgaris" como especie. En el caso de que estas bichas poblaran nuestros montes, se debería a que existen moscas de alas débiles que son su principal fuente de alimento. He de reconocer que, al menos como animal mitológico, me caen bien estos seres viperinos y casi los admiro. Si los dioses me hubieran dotado de unos hermosos ojos saltones y una lengua (aún) mas larga, yo hubiera puesto todo mi empeño en ser una de ellas. Como lo que no puede ser, no puede ser y además es imposible,  esta culebra canija se va a ir a tomar un ratico el sol para elevar su temperatura corporal mientras espera que llegue el momento de mudar la piel. 


lunes, 20 de octubre de 2008

El autor

Hoy se publica Kafkarama, última obra (de momento) de este señor. No voy a hablar de su estilo porque no soy crítica literaria, ni ganas que tengo de serlo. Lo que si puedo decir es que es un tipo amable, que gracias a él llegué a leer al viejo indecente y que por su culpa hoy una promiscua rata del subsuelo del barrio de Malasaña lleva mi nombre. Es un tío sencillo a la vez que ambicioso ya que no pierde de vista el objetivo de ganarse la vida con el oficio de contar historias.

Veo que se libró de que en la portada aparezca una asquerosa cucaracha con aspiraciones de escarabajo. La actual tampoco creo que se vaya a llevar un premio por su originalidad ni estilo, aunque en este momento eso nos debe importar un huevo. Como soy como soy, aprovecho para proponer una ilustración:

Mucha suerte con las ventas. ¿Me gané que me lo firmes?

jueves, 16 de octubre de 2008

Palabras

Un señor que ya está muerto dijo en su obra más famosa: "A rose by any other name would smell as sweet. "  No puedo estar del todo de acuerdo. Para mí la realidad no es exactamente la misma si cambian las palabras. Tranquilidad que no voy a meterme en teorías lingüísticas de otros señores muertos. Recuerdo cuando conocí la palabra "manumisión". Hasta ese momento no sabía que eso existía y pensaba que jamás un amo daría la libertad a un esclavo.

Ayer aprendí que existe "evitación". Yo creía que lo correcto era sólo "evasión" y parece que no. Bueno, ahora sé que existe. A ver si hay suerte y cambia cierta parte de mi realidad después de conocer el nuevo palabro. Vale, ahora tengo la pregunta y tengo la respuesta. Sólo me falta la solución. 

Tener las respuestas no siempre ayuda demasiado.




lunes, 13 de octubre de 2008

Resurrección en día laborable


Si tuviera que describirme, me bastaría con tres palabras: un tío normal. Me llamo Manolo en honor a mi padre como la mayoría de hombres de mi edad y le puse Manuel a mi hijo mayor para seguir la tradición. Tengo un trabajo bastante común, una mujer entradita en carnes, dos hijos en edad adulta y una incipiente calvicie que no me hace sentir para nada incómodo. Para colmo de vulgaridad, soy un tipo tranquilo, muy tranquilo. Sí, claro que me enfado a veces, pero siempre me he dicho: “Manolo, déjalo estar, no merece la pena”. Casi nada consigue sacarme de mis casillas y, además, últimamente me he sentido bastante feliz.

Aquel día no pasó nada fuera de lo común, bueno, me subieron el sueldo, lo que no creo que sea un motivo lógico para ponerme como me puse. Salí de la oficina con bastante puntualidad y me dirigí al bar de siempre a tomarme la cervecita de las seis. Ponen una porquería de aperitivo, pero sigo yendo a ese sitio porque la camarera tiene un escote de los que te hace creer en Dios. Cuando pagué, aquella belleza me sonrió y todo empezó a cobrar sentido. Llegué a casa contento y me puse más contento aún al ver que estaban todos allí. Al tiempo que me servía un coñac, me dispuse a informar a mi familia de que me habían dado un aumento. Para sorpresa mía lo que salió de mi boca fue: “Manolo ya no lo deja estar”. No tuve tiempo de plantearme por qué lo dije porque segundos después estaba bajando la escalera y pensando dónde habría un hotel que no fuera muy caro.

No tengo ni idea de si ahora soy mas o menos infeliz que antes de la frasecita de marras. Sólo sé que soy Manuel García, un tipo normal de cincuenta y un años y que ya no lo dejo estar.

domingo, 12 de octubre de 2008

Sábado de gloria

A fuerza de no poder con nada me voy a dar cuenta de que no puedo con todo.

martes, 7 de octubre de 2008

Hombres

Me salto otra vez mi regla de no dejar recaditos personales. Total, si ya lo hice una vez... Primero separo los individuos en dos grupos: especímenes (¿para qué aclarar más?) y amigos. Los del primer grupo no van a leer, pero me quedo a gusto. Los del segundo, supongo que lo harán en algún momento, y espero que no se molesten.  Van por riguroso orden de aparición en el día de ayer:

Especimen núm. 1: Es mentira. A la batería de mi teléfono no le pasa nada y si no te lo cojo cuando llamas es porque no me da  la gana. Vamos a dejar de marearnos el uno al otro. Me estoy empezando a cansar de esperar que te canses. 

Especimen núm. 2: Después de más de una década sigues teniendo la mala costumbre de aparecer para decirme que recuerdas cada momento de aquellos días. Me da miedo que en una de esas me hagas creer que hay cosas que existen y que son verdad. Ojalá que todo el mundo tuviera a alguien como tú en su pasado, su presente o su futuro. Gracias siempre.

Colega núm. 1: ¿Has visto el título? Es la primera vez que te incluyo en esa especie (a partir de ahora vuelvo a mi costumbre de llamarte de la otra manera). Te tengo cariño aunque no lo quieras o no lo creas. Y punto. Ah, lo que prometo, lo cumplo, sólo que soy un poco lenta.

Colega núm. 2: Hay gente que parece más de lo que es. Tú eres. Quiero seguir teniendo tu voz por la simple razón de que me interesa. Así que no me vengas con historias que aquí la más simple soy yo. Respeto lo que hagas de todas maneras, eh.

Colega núm. 3: Por más que me ría, sé lo que es. Pesa y algunos días aplasta. También sé que no va a ser para siempre y que recibirás a manos llenas.

Una última cosa a los colegas:
"Si me necesitáis, silbad. Sabéis silbar, ¿no? Solo juntad los labios y silbad."

P.D. Sita S., para ti la entrada se llama "Cacho seres".

jueves, 2 de octubre de 2008

Más fuerte que el odio

"Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón."
Borges



No he visto la película a la que hace referencia el título de esta entrada y, sin embargo, desde que la oí nombrar vengo pensando en qué sera eso tiene más fuerza que el odio. Ahora que estoy en una fase Funes, entiendo que lo más poderoso es el olvido, la indiferencia, lo que no es. Tantas veces he sido fuerte a base de desmemoria como he sido débil a golpe de recuerdo y no sé si en algún caso habrá que pedir perdón.