domingo, 29 de marzo de 2009

¡Mujeres!

A otras les pongo exclamación. A Rosenvinge con su extraña trayectoria y a Watling en su impecable camino. Si tengo que elegir a alguna que me susurre al oído, que sea una de estas:




miércoles, 25 de marzo de 2009

¿Mujeres?

Hace años le dije a un amigo que me recomendara algo para leer. El tipo me dijo que le diera a Bukowski. Así lo hice. Elegí "Mujeres". Cuando iba por la mitad de la novela tenía ya un encabronamiento monumental y estaba deseando hablar con mi colega para decirle que qué tipo de manifiesto machista me había recomendado. Lo más me enfadaba es que no podía dejarlo y hoy día creo que me he tragado toda la obra del "viejo indecente". Cuantos más seres extraños de esos que se hacen llamar "mujeres" conozco, más de acuerdo estoy con Hank/Charles y menos las entiendo a ellas. En resumen, cada día que pasa me siento menos mujer. Algunas veces estoy a punto de agachar la cabeza y reconocer que todo lo que nos pase nos lo merecemos y aceptar el rol de perrito faldero del macho. Así por lo menos no me sentiría extraña. Tendré que ensayar pucheritos, pose de chica desvalida y mirada de admiración ante el hombre que quiero que me proteja y cuide de mí. Después de mucho esfuerzo, mucha bilis tragada y una úlcera sangrante en el estómago, a lo mejor consigo sentirme mujer.

martes, 24 de marzo de 2009

Te echo tanto de menos...

como antes te echaba de más.


No siempre son personas. La diferencia entre echar de menos y echar de más es sólo la presencia.

martes, 17 de marzo de 2009

Versos

Que la vida iba en serio
uno lo empieza a comprender más tarde
Jaime Gil de Biedma. Completo aquí.




El cuerpo me pedía versos hoy. Los dos primeros los escuché casualmente esta tarde. El poema de Alberti de la canción lo había escuchado siempre de Serrat y, buscándolo, encontré esta versión aflamencada. Daría otros porqués de la elección, pero, sinceramente, no me apetece explicar. No os emocionéis Oda y compañía que yo sigo siendo más de prosa, ¿o, mejor dicho, prosaica?

domingo, 15 de marzo de 2009

Locura

Meester snyt die Keye ras, myne name is lubbert das


La Extracción de la Piedra de la Locura era una supuesta operación quirúrgica realizada durante la Edad Media. Según los testimonios escritos, consistía en la extirpación de una piedra que causaba la necedad en el hombre, la suprema estupidez. Los testimonios dan a entender que algunos casos que realmente se ejecutaron tenían el carácter de una lobotomía. En la práctica más frecuente, esta extracción era un rito simbólico que el curandero realizaba sobre el paciente, para curarle de la estulticia. El Bosco plantea la escena en un círculo, rodeado por una leyenda en hermosos caracteres góticos: "Maestro, quíteme la piedra, me llamo Lubbert Das". Este nombre es un tópico en la cultura neerlandesa para designar al culmen de la estupidez humana. Además, el personaje que le opera lleva en la cabeza un embudo, tal vez alegoría de la locura, y está acompañado por dos religiosos, un clérigo y una monja, que lleva sobre su cabeza un libro cerrado; esto nos inclina a pensar que sean alegorías de la superstición y la ignorancia, de la cual se acusaba frecuentemente al clero. Este tema, unido al formato circular que podría remitir al de un espejo, parecen arrojar al mundo la imagen de su propia estupidez al desear tan erróneamente superarla.
Fuente: http://www.artehistoria.jcyl.es

En el cuadro, la piedra resulta no serlo, lo que extrae el sabio es una flor que simboliza el dinero que ha estafado con esa “curación”. No es el cuadro que más me impacta de El Bosco ya que, como no soy una entendida en arte, el que me sobrecoge es el famoso tríptico de “El jardín de las Delicias”. Pizarnik tiene una obra que también se llama “Extracción de la piedra de la locura”, pero como me desconcierta un poco esta mujer sólo dejaré este enlace por si queréis escuchar algo.

Bueno, todo esto venía a que este ¿blog? comenzó hace unos meses con un entrada que tenía por título “Lucidez“. Nada que mejor que cerrar con locura un ciclo que comenzó con lucidez. ¿Qué depara el próximo giro? Ni idea. Además, es lo que tienen los círculos, que una vez que estas recorriéndolos nunca tienes claro donde empiezan y terminan, solamente puedes seguir caminando sobre su infinita curva. Veremos con qué inauguro la siguiente vuelta (se aceptan sugerencias). Yo, con que la fuerza centrífuga eche fuera lo que ya no quiero, me conformo. De momento me quedo con mi piedra y pobre del tonto con embudo que sea crea con derecho a sacármela.

martes, 10 de marzo de 2009

El panda y la mentira


Solemos acordarnos del primer día de colegio, la primera vez que besamos a alguien o que tuvimos sexo. Una de las primeras veces que a menudo me viene a la memoria es la primera mentira. Bueno, la primera mentira consciente, de esas que se piensan, se desarrollan y que nacen con un propósito. Cuando eres muy niño nunca está claro lo que es un ensueño o lo que es una trola bien maquinada. A partir de este momento que voy a relatar, la línea se hizo más nítida.

Había ido esa mañana al zoo en una excursión del colegio. Llevaba puesto un vestido blanco con unos detalles multicolor en el bajo y en el bolsillo que tenía en el pecho. Justo en ese bolsillo fue donde comenzó todo. En el autobús de vuelta a casa mi compañero de asiento se quedó dormido después de aquel día de primavera repleto de emociones y bocadillos de tortilla. En ese momento de tranquilidad que siempre llega en los viajes de retorno, me di cuenta de que había algo pegado en el interior del bolsillo. Era un chicle masticado y no recordaba como podía haber llegado allí. Miré a Carlitos que, como todos los hombres en los momentos importantes, estaba dormido y pensé que de aquello tenía que salir sola y empecé a pensar una explicación razonable para el origen de aquella plasta pegada al bolsillo que me pudiera librar de la bronca materna. Por aquella época era muy famoso el oso panda Chu-lin que tenía una canción y todo. Yo había pasado del oso en cuestión y cuando tocaba hacerle la visita me quedé rezagada observando más rato a los leones que me parecían bastante mas interesantes. Encontré la solución en ese panda perezoso.

Cuando llegué a casa le relaté a mi madre con pelos y señales cómo había dado de comer a mi amiguito Chu-lin y como se dejaba rascar la barriga. También le ofrecí una descripción detallada de la manera en que el bicho escupió el chicle que me quitó de la mano porque se le quedaba pegado a los dientes, para terminar diciendo que ya era mala suerte que tuviera tanta puntería un ser tan poco desarrollado y marcase un triple justo en el único bolsillo del que disponía mi vestido. Mi señora madre me miró con el ceño fruncido y me dijo muy seria: “Estás mintiendo”. No se volvió a hablar de aquello y siempre que el oso bicolor salía en la tele o se nombraba en alguna conversación yo desaparecía de la manera más discreta posible.

Miento mal y eso lo sabe todo el mundo. Algunas veces lo hago y no me remuerde la conciencia, aunque no puedo dejar de recordar aquel día de excursión y los ojos de decepción de mi ma. Desde entonces tengo el pasatiempo de descubrir las mentiras ajenas. Quizás se un intento de venganza por mi carrera frustrada de mentirosa. Últimamente este entretenimiento me está aburriendo y cada vez me caen mejor los que mienten bien. Ahora, que a los malos mentirosos sigo sin soportarlos, no porque mientan, sino porque son más estúpidos que yo y me dejan pillarles. Mmmmm… estoy pensando que a lo mejor eso es lo que quieren y es una manera de sinceridad mucho más desarrollada.

Nota: Chu-lin falleció en 1996 víctima de una prostatitis tras un largo historial de enfermedades provocadas por una vida de excesos.
Nota2: Disculpas a todos los inconscientes que hayan sido capaces de hacer "clic" y escuchar la cancioncita.