jueves, 30 de diciembre de 2010

Que no importe

Un día te levantas con la firme decisión de que la caída no importe. Sabes que es mentira y que el momento de tocar el suelo será doloroso. Te repites: "Que no importe, que no importe". Sólo hay que decirlo las veces suficientes para coger el impulso justo y lanzarte. Una vez iniciado el descenso ya no tienes que pensar nada porque no hay vuelta atrás. Ya volverás a devanarte los sesos cuando veas la importancia del golpe.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Meseta

A los pocos meses de estar en prisión, Valentín ya había olvidado cuál era el motivo de su encarcelación. Pasaba los días imaginando mesetas y llanuras por las que correr hasta la extenuación. Al principio era lo único que le calmaba y le devolvía el ritmo tranquilo a su respiración. A medida que el tiempo pasaba y el guardia gritaba más, esas imágenes que le habían reconfortado le producían desazón y esa desazón se fue convirtiendo en miedo. Se veía en mitad de un erial, sin caminos ni carreteras, solamente con el horizonte al fondo. Seguía corriendo por esos paisajes como los primeros días, pero se detenía a cambiar el rumbo a cada rato pensando que daba igual la dirección porque no llegaba a ningún sitio. Poco a poco, con el fin de evadir esa angustia, empezó a concentrarse en la imagen de los barrotes y hoy pasa las noches agarrado a ellos para no sentirse perdido en la meseta.