miércoles, 16 de abril de 2014

De rupturas (ajenas)

Que uno reciba un regalo cuando rompe con alguien es raro. Que uno reciba un regalo cuando otra pareja rompe sólo me pasa a mí. Me ha tocado un pack de un un libro y la discografía completa de Antonio Vega. Los CD´s no los he abierto todavía un poco porque estoy de duelo aún y un bastante porque no he sido gran seguidora de este cantante. Como nunca es tarde y algunas de las cosas que conozco de él no me disgustan, me pondré a escuchar en cualquier momento.



El asunto, obviando el dolor generado en los afectados, es que me ha venido a la memoria una acusación que me hizo una amiga hace un tiempo. Me vino a decir que soy una cobarde que no me termino de embarcar en ninguna relación seria porque siempre me busco excusas para que no me den la hostia o quizás por si no me la dan. La persona que me lo dijo es mucho más sabia y valiente que yo, lo que no quiere decir que vaya a hacer caso de sus recomendaciones ni tampoco que no vaya a hacerlo. Por otro lado también es verdad que soy mucho más débil con dolor ajeno, que es el caso que nos ocupa ahora, que con los males propios.

En fin, a lo que iba, que yo con esta ruptura también he perdido algo. Creo que este año ya no esperaré tomando un café en el bar del acantilado a que baje la marea en los días nublados para que se unan las dos playas y dar un largo paseo al atardecer.Y bueno, habrá que cambiar el lugar de vacaciones.